Siempre he peleado con mi
memoria. Me angustia darme cuenta de que los recuerdos y la memoria no son
permanentes. He tenido que recurrir a la creación de diarios personales, pero
al darme cuenta de que nunca los volvía a revisar opté por vídeo diarios, que son más rápidos de hacer y de ver, además de que la imagen del momento en que uno graba también ayuda a
recordar y revivir el pasado. En parte es cierto que hay que dejar el pasado en
el pasado o dejar pasar el pasado, cosa que suena redundante u obvia. Pero me
angustia más olvidar recuerdos de personas que han sido valiosas para mí y que
han muerto, temo tanto olvidar episodios vividos con mis abuelos por ejemplo, los recuerdos felices en familia que ya no se repetirán, o los viajes donde he aprendido y conocido tanto.
Recuerdo por ejemplo decir a Jorge Luis Borges, en
una de sus entrevistas. que la memoria es selectiva, recordamos lo que nos
gusta y nos interesa, es cierto, pero pienso que es necesario también recordar cosas que no
son tan interesantes pero que a veces son necesarias.
Recuerdo también el libro de las
aventuras de Sherlock Holmes en el que el personaje asegura, cuando conoce a
Watson, que no necesita recordar informaciones que no sean útiles a su
oficio, por ejemplo ¿de qué le servía saber cuántos planetas tiene el sistema
solar? pregunta retórica que dejó a Watson anonadado.
Leí ese libro a una edad temprana
y me pregunté si así debía proseguir mis estudios, pues me parecía sensato a pesar
de su excentricidad. Pero debía terminar todavía la secundaria, después el
bachillerato, después la licenciatura que eligiera, por lo tanto debía por obligación estudiar y
aprender cosas que no me interesaban y no me eran ni me serían útiles. Le dije
esto a Álvaro hace poco, ¿De qué me sirvió aprender en la primaria que el
sistema solar tenía un sol y nueve planetas, si después le cambiaron a ocho y
después otra vez a nueve? además no soy astrónoma, ni siquiera astróloga. Pero a Álvaro la respuesta le pareció obvia: Para cultura general.
Claro que para nosotros que somos
maestros es importante la cultura general, ¿pero para los que no? La educación básica trata temas diversos en general, pero en mi caso la mayoría de esa información
acumulada en mi cerebro desde la primaria hasta la educación superior se ha
borrado a fuerza de la falta de repetición, ya que como he dicho: no volví a
necesitarla.
Estoy segura que si me hicieran un examen sobre todas las clases
que he llevado durante toda mi vida (incluyendo alemán, informática, religión, cívica
y ética, biología, etc) acertaría a lo mucho la mitad de las preguntas.
En cambio las cosas prácticas y habilidades motrices se me
han quedado de maravilla, como mis lecciones de mecanografía, ahora puedo
escribir miles de palabras sin ningún esfuerzo y sin ver el teclado, tanto en
el teclado francés, como en el español; Limpiar y reparar el hadware de las PC
nunca se me ha olvidad, aunque que ya no uso PC desde hace años. Ni que decir
de la escritura, de las tablas de multiplicar y de la resolución de ejercicios
de aritmética.
En cuanto a lo que aprendí en
Historia o cívica y ética sé que no podría confiar en mi memoria. Para dar
clases he tenido que volver a repasarlas, cayendo en cuenta de que había
olvidado o de que lo recordaba mal.
El propio Borges, con su memoria
fantástica, dijo que al leer uno de sus libros después de algunos años, no
recordaba muchas de las cosas ahí escritas. Por eso siempre he pensado que las
ideas son pasajeras, poseen como demonios a los escritores, sólo por momentos,
como si no les pertenecieran a ellos sus ideas, tal como los hijos no les
pertenecen del todo a los padres.
Esta aflicción me llevó a tomar
un curso online que me recomendó COURSERA, que se llama Aprendiendo a aprender,
en el que explica el proceso del aprendizaje y de cómo lograr mayor disciplina
en los estudios y en el trabajo, para un aprendizaje más efectivo.
Lo cual
trataré de resumir lo más importante en la próxima publicación hablando de la
memoria de corto plazo, el modo enfocado, el modo difuso, la memoria de largo
plazo, memoria visual, el palacio de la memoria, los fragmentos, la técnica de repetición
espaciada, la técnica pomodoro, recuerdos falsos, las metáforas u analogías que
sirven para recordar, los hábitos, la importancia del sueño, los zombis internos
de nuestra memoria y la procrastinación, .
Además conocí gracias al curso
una aplicación para el ordenador llamado Anki, para repasar el conocimiento a través
de fichas que aparecen con cierta regularidad.
Ana Lucía (La Comiteca)
Trabajos populares
adicionales que valen la pena:
·
Benedict Carey, (19 de mayo de 2014), "Recordar,
como un deporte extremo" ("Remembering,
as an Extreme Sport,")The New York Times
·
University of California Los Angeles, (June 4, 2014), "Salud
empobrecida, factores del estilo de vida vinculados a las exigencias de la
memoria, aun entre adultos jóvenes" ("Poor health, lifestyle factors linked
to memory complaints, even among younger adults,") Medical
Press.
·
Annie Murphy Paul, (April 29, 2014), "Cómo
estudiar o trabajar en el extranjero te hace más inteligente" ("How Studying or Working Abroad Makes
You Smarter,") Time. El texto completo
del maravilloso estudio citado por Annie Murphy Paul está disponible gratis en
línea: Maddux, W. W., H. Adam, and A. D. Galinsky. "Cuando en Roma ... Aprenda por qué
los romanos hacen lo que hacen: Cómo las experiencias de aprendizaje
multicultural facilitan la creatividad" ("When in Rome ... Learn Why the Romans Do What They Do: How Multicultural
Learning Experiences Facilitate Creativity." Personality and Social Psychology Bulletin, junio de 2010; vol.
36, 6: pp. 731-741, 5 de mayo de 2010.
·
Lauren Davidson, "Este
es el tipo de música que deberías escuchar en el trabajo" ("This Is the Kind of Music You Should
Listen to at Work,") The Telegraph, 23 de octubre de
2014.
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