lunes, 30 de abril de 2018

VÍCTIMA DE LA CULTURA ROMÁNTICA

Siempre he dicho que soy, y somos todos, victimas de nuestra cultura, pero también quiero agregar que somos producto de la evolución. Las mujeres evolucionamos de determinada forma, y los hombres, a la par de las mujeres, de otra determinada forma. De la misma forma nuestra cultura también es producto de la evolución, del entorno y otras tantas cosas. Así que el comportamiento que he tenido hasta ahora, mi forma de ser, mis anhelos, mis prejuicios y todo lo que me conforma, ha sido inevitablemente producido por mi entorno y por la historia de la humanidad, y digo todo esto para que nadie se atreva a juzgarme por decir que soy romántica. 

Lo acepto, siempre he sido romántica, precisamente porque soy víctima de mi cultura, ¡pero claro! crecí, como todos los millenials, viendo películas y caricaturas en las que siempre se encuentra al chico ideal. Aunque no sean películas de princesas, todas las películas que vi y las canciones que escuché en la infancia eran así. O sea, no me culpen ni me juzguen, no es un delito ser romántica.

Fue hasta la universidad que empecé a adentrarme en el arte, y a entenderlo, y pues el arte representa más crudamente la realidad. En las películas de arte y en la literatura (la literatura de arte, no sagas y esas cosas) los finales no siempre son felices, ni el tema principal es el "amor ideal".

Así, entre esas obras, leí Madame Bovary, una de las asesinas del romanticismo, tan ridícula, la pobre. La Celestina, la asquerosa alcahueta que corrompió la inocencia de Melibea y en donde ese huerto paradisiaco se marchitó. Eugenia Grandet, que esperó a lo wey guardando su tesorito, al final se quedó sola, rica pero sola. Santa, de Gamboa, que su vida se determinó por las circunstancias de su entorno, su tiempo, su cultura y una acción que desembocó en que se volviera prostituta (joven y hermosa al principio, común y corriente después).
            Ok, me echaron a perder las historias de princesas, pero siempre voy a seguir siendo un poco romántica, sólo que ahora con los pies en la tierra, o sea que ya conozco mejor la realidad.

Pero la verdad es que también he sido muy independiente y mi vida ha sido y es muy interesante (me encanta mi vida) gracias también a que he tenido suerte de nacer en un entorno más o menos bien y que mi familia no es tan tradicionalista. (Si me comparo con otras chicas de mi generación, que siguen pensando como la generación anterior y que se someten a la voluntad de lo que todo mundo quiere para sus vidas). 

No necesito de nadie para hacer mi vida, o para hacer lo que me gusta, y cumplir mis objetivos,  ni necesito de un hombre, pero acepto que me agrada tener compañía, cuando la compañía es buena, cuando no, la verdad es que prefiero un buen libro o incluso el silencio.

Desde los 20 años, cuando todavía era estudiante, me fui a Francia por primera vez, sin la ayuda de nadie, absolutamente nadie, ni de mi mamá ni de mi papá, mucho menos de cualquier otro hombre. El gobierno de Francia me otorgó una beca que me gané por mi propio mérito, por ser buena estudiante, así de simple y maravilloso, pero fueron más las personas que me preguntaron por "un francés" que los que me alentaron para echarle ganas a la escuela en Francia. 

Sin embargo, y a pesar de mi esfuerzo racional, sigo teniendo marcas de mi cultura en mi personalidad y en mis deseos. Por ejemplo, todavía hace poco, cuando conocía a un chico tendía rápidamente a esperar más y a dar más, daba más de mi tiempo por ejemplo, tiempo y dinero que en otra situación preferiría invertirla en mis proyectos, pero estaba "enamorada" o eso creía. Y después de tres grandes fracasos amorosos en tan sólo dos años, me di cuenta de que esto del "amor" es más complicado de lo que parecía en las películas de mi infancia. Y no es fácil para nadie, ni para la mujer más guapa del mundo, ni para la más exitosa, la prueba de ello es que incluso a Scarlett Johanson le ha ido mal en el amor.

Sí, sigo siendo romántica, y tal vez lo seguiré siendo siempre, pero vuelvo a aclarar, como dije tres párrafos arriba: no necesito de nadie, pero pienso que la vida es mejor si se disfruta con una buena compañía. Una compañía estimulante, sobre todo para charlar, bailar y reírse. Sin embargo no quiere decir que prefiera a cualquier compañía que mi soledad.

Las mujeres y los hombres somos complejos, voilà, es todo, incluso con los amigos es difícil a veces, como digo en otros de mis posts.