Es cierto que se puede disfrutar la soledad, y es necesario porque somos
individuos, debemos aprender a entrar en nuestra soledad y aceptarla, pero
también es cierto que somos seres sociales, somos seres de comunidad, desde que
nacemos somos tan débiles que debemos ser sostenidos por alguien más, y así es
el resto de nuestra vida, siempre necesitamos aceptación y empatía. y claro,
tener una pareja para la compañía y la reproducción. Es algo intrínceco en nuestra naturaleza
y en nuestra cultura.
Esta semana terminé de ver una nueva serie de Netflix 13 REASONS WHY en las que se sabe que la protagonista está muerta desde el principio, se había suicidado, pero a lo largo de los 13 capítulos se recrean todas las malas experiencias que las otras personas le propiciaron para llevarla al límite de suicidarse.
Hay que indicar que es una serie muy realista, no pasa nada de anormal, nada de extraordinario, está basada en un libro de Jay Asher, que me pongo a pensar que son cosas que pasan a veces en nuestras narices, experiencias que tal vez hemos pasado nosotros mismos o que podrían estar pasando cualquiera de nuestros conocidos, en México y en cualquier otro país, tal vez con más rango en uno que en otros.
Confieso que al principio llegué desaprobar el suicidio de Hannah Baker, la protagonista.
Pensé: era una chica guapa, joven, solo 17 años, sensible, tal vez inteligente, si estaba cansada de su vida hubiera dejado todo, hubiera ido a viajar por el mundo totalmente de aventura, total no le tenía miedo a la muerte.
Pensé, y de hecho es un pensamiento muy lógico: si no le tienes miedo a la muerte, no le tienes miedo a nada, bien puedes tirarte de un paracaídas, hacer deportes extremos, entregarte a las demás personas, hacer caridades con tu vida, aprovechar esa vida que crees que ya no sirve para nada, y tal vez sólo así la vida tenga un sentido.
Si la vida les importa tan poco, ¿por qué no aprovechan eso y hacen cosas audaces?
Pero yo pienso esto desde mi perspectiva porque a mí sí me importa mi vida, yo pienso que es lo único que tengo, pues no tengo pruebas de que haya otra vida después de esta, y trato de cuidarla y por eso dejo de hacer cosas audaces.
Pero no me había puesto a pensar que estas personas están sumamente deprimidas que no tienen fuerzas ya para respirar, o que tienen recuerdos tan malos en su memoria que no pueden soportar,
así que siendo más abierta y desplazándome a pensar como posiblemente piensan los otros puedo llegar a comprenderlos, lo que no significa que comparta sus soluciones.
Al final estos jóvenes, ya que el suicidio es la segunda causa más frecuente en jóvenes de 15 a 22 años, si no mal recuerdo, y todas estas personas de cualquier edad, no tienen la culpa. La gente que los rodea los han hecho sufrir, no han conocido gestos de amabilidad, y sobre todo, estoy segura, se sienten solos, a pesar de muchas veces estar rodeados de cientos de personas, no encuentran un alma amiga que los comprenda y les ayude a soportar las dificultades de la vida.
Así que no puedo juzgar a esta gente, sólo puedo aconsejar algo y es que se esperen un poco, porque la vida cambia y nosotros mismos cambiamos. A veces dentro de la misma vida morimos decenas de veces y nos transformamos, es como si mudáramos de piel o de sentimientos. A veces encontramos lo que necesitamos, a veces podemos curarnos, a veces un animal, una mascota puede ser tu alma amiga. Pero sobre todo recomiendo la meditación, buscar un lugar tranquilo con luz tenue y cerrar los ojos y no ver ni escuchar nada mas que la respiración, no moverte, no pensar, sentir la paz que sólo puede existir en uno mismo. Eso calma la mente y puede lograr curar cualquier malestar emocional y cualquier recuerdo desastroso incluso malestares físicos.
Esta semana terminé de ver una nueva serie de Netflix 13 REASONS WHY en las que se sabe que la protagonista está muerta desde el principio, se había suicidado, pero a lo largo de los 13 capítulos se recrean todas las malas experiencias que las otras personas le propiciaron para llevarla al límite de suicidarse.
Hay que indicar que es una serie muy realista, no pasa nada de anormal, nada de extraordinario, está basada en un libro de Jay Asher, que me pongo a pensar que son cosas que pasan a veces en nuestras narices, experiencias que tal vez hemos pasado nosotros mismos o que podrían estar pasando cualquiera de nuestros conocidos, en México y en cualquier otro país, tal vez con más rango en uno que en otros.
Confieso que al principio llegué desaprobar el suicidio de Hannah Baker, la protagonista.
Pensé: era una chica guapa, joven, solo 17 años, sensible, tal vez inteligente, si estaba cansada de su vida hubiera dejado todo, hubiera ido a viajar por el mundo totalmente de aventura, total no le tenía miedo a la muerte.
Pensé, y de hecho es un pensamiento muy lógico: si no le tienes miedo a la muerte, no le tienes miedo a nada, bien puedes tirarte de un paracaídas, hacer deportes extremos, entregarte a las demás personas, hacer caridades con tu vida, aprovechar esa vida que crees que ya no sirve para nada, y tal vez sólo así la vida tenga un sentido.
Si la vida les importa tan poco, ¿por qué no aprovechan eso y hacen cosas audaces?
Pero yo pienso esto desde mi perspectiva porque a mí sí me importa mi vida, yo pienso que es lo único que tengo, pues no tengo pruebas de que haya otra vida después de esta, y trato de cuidarla y por eso dejo de hacer cosas audaces.
Pero no me había puesto a pensar que estas personas están sumamente deprimidas que no tienen fuerzas ya para respirar, o que tienen recuerdos tan malos en su memoria que no pueden soportar,
así que siendo más abierta y desplazándome a pensar como posiblemente piensan los otros puedo llegar a comprenderlos, lo que no significa que comparta sus soluciones.
Al final estos jóvenes, ya que el suicidio es la segunda causa más frecuente en jóvenes de 15 a 22 años, si no mal recuerdo, y todas estas personas de cualquier edad, no tienen la culpa. La gente que los rodea los han hecho sufrir, no han conocido gestos de amabilidad, y sobre todo, estoy segura, se sienten solos, a pesar de muchas veces estar rodeados de cientos de personas, no encuentran un alma amiga que los comprenda y les ayude a soportar las dificultades de la vida.
Así que no puedo juzgar a esta gente, sólo puedo aconsejar algo y es que se esperen un poco, porque la vida cambia y nosotros mismos cambiamos. A veces dentro de la misma vida morimos decenas de veces y nos transformamos, es como si mudáramos de piel o de sentimientos. A veces encontramos lo que necesitamos, a veces podemos curarnos, a veces un animal, una mascota puede ser tu alma amiga. Pero sobre todo recomiendo la meditación, buscar un lugar tranquilo con luz tenue y cerrar los ojos y no ver ni escuchar nada mas que la respiración, no moverte, no pensar, sentir la paz que sólo puede existir en uno mismo. Eso calma la mente y puede lograr curar cualquier malestar emocional y cualquier recuerdo desastroso incluso malestares físicos.
Inténtalo todo, todo, todo, antes de rendirte.
A veces creemos que solo somos espectadores de todo lo que pasa en el mundo y que las otras personas son los protagonistas, los que les va bien y tienen éxito en la vida.
Me ha pasado pensar así pero luego recuerdo que la meditación enseña que una vida sencilla también puede ser plena y que a veces la mayor lección que podemos aprender es el dominio de nuestras emociones, algo que la sociedad y el sistema educativo no nos enseñan desde niños. Al contrario, parece que se empeñaran en jodernos la vida nuestros propios familiares, los compañeros y la escuela. Pero si vemos las cosas desde otro ángulo, eso que te han enseñado que es la felicidad y eso que ellos te niegan es una realidad ajena que nos han implantado.
Si la vida importa tan poco, como piensan los suicidas y los deprimidos, ¿qué importan lo que piensen los otros? ¿qué importa lo que piensen tus padres?
¿crees que tus padres prefieran tener un hijo muerto que uno que recorra el mundo, que un hijo gay, que una hija embarazada?
Eres el único creador de tu vida, y no podemos cambiar a los demás aunque no nos guste. Tal vez la única forma de cambiarlo lo que nos rodea sea con nuestro ejemplo, pero no lo sé, tal vez me entiendas o tal vez no, tal vez ni siquiera estés de acuerdo, ¿pero qué importa? ¿qué importa todo?
Ana Lucía (La Comiteca)
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